“Mi historia es difícil de contar. Después de que mis padres se separaran cuando yo tenía 11 años, un amigo suyo abusó sexualmente de mí. Me quedé embarazada, pero perdí el bebé a los pocos meses. Poco después me escapé de casa y empecé a traficar y a consumir drogas. Tuve dos hijos, pero su padre me dejó para que los criara sin dinero ni apoyo. Sentí que no había otra opción: empecé a trabajar como prostituta.
Fue entonces cuando ACJ se acercó a mí y empezó a ayudarme. Antes de inscribirme en su proyecto, mis hijos se pasaban el día en casa porque yo tenía demasiado miedo de que salieran a jugar a la calle. Ahora participan en talleres que les enseñan a evitar la explotación sexual y las drogas. Son mucho más felices y yo también, porque sé que tendrán una infancia y una vida mucho mejores que las mías.
Yo también participo en el proyecto de ACJ desde hace un año. Con el apoyo, la orientación y las oportunidades que me han dado, por fin he conseguido dejar el trabajo sexual. Ahora estoy estudiando y, gracias a los talleres familiares, estoy mucho más comprometida con mis hijos. Estos talleres me han tranquilizado y me han ayudado a acceder a mis derechos, a participar en cursos de belleza y me han hecho darme cuenta de que quiero empezar de nuevo en la vida. Estoy buscando un trabajo para tener un futuro y una vida mejores para mí y mis hijos”.