Los docentes son una parte esencial de nuestra sociedad. Inspiran e impulsan a los jóvenes y tienen un impacto positivo en sus años cruciales de desarrollo. Muchos jóvenes luchan con su salud mental y la escuela puede ser, para muchos, un espacio seguro para expresarse y tener acceso a sus necesidades de apoyo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que “un ambiente psicosocial positivo en la escuela puede afectar la salud mental y el bienestar de los jóvenes”. Los profesores están entrelazados en la formulación de este entorno positivo.
Dado que los niños y jóvenes pasan una parte importante de su tiempo en la escuela y con sus profesores, los profesores tienen la capacidad de influir en las buenas prácticas de autocuidado y en los mecanismos de afrontamiento. Al modelar el comportamiento de los profesores, los jóvenes pueden adquirir nuevas habilidades y comportamientos positivos..
Sin embargo, es importante señalar que los profesores no son profesionales de la salud mental. Los profesores tienen la capacidad de detectar cualquier problema de salud mental de sus alumnos y pueden indicarles la asistencia adecuada, como ayudarles a acceder a un consejero, pero muchos tienen una formación limitada o nula sobre cómo gestionar la salud mental de sus alumnos.
Impacto de una relación profesor-alumno positiva (TSR)
La OMS destaca que la sensación de estar conectado, tener buena comunicación y la percepción de un adulto cariñoso en la escuela ha demostrado tener un impacto positivo importante en los resultados de salud mental de los jóvenes. Lessard et al (2013) encontraron que la reducción en las tasas de deserción escolar de los jóvenes en las escuelas estaba asociada con tener relaciones positivas y el apoyo de sus maestros.. Investigaciones y estudios han encontrado que el apoyo social efectivo tanto de los maestros como de los compañeros tiene un impacto positivo en la autoestima del estudiante y una asociación negativa con la depresión..
Dods (2013) descubrió que las conexiones afectuosas con TSR son fundamentales para mejorar la salud mental de los estudiantes que han experimentado un trauma.. Estas conexiones se forman cuando los profesores están en sintonía con el estado emocional de los estudiantes, son afectuosos por naturaleza y cuando las relaciones profesor-alumno están impulsadas por el profesor y son individualizadas. El impacto positivo que estas relaciones tienen en la salud mental del estudiante resalta la importancia de los docentes en los jóvenes.
Qué podemos hacer para apoyar a nuestros profesores
La salud mental afecta a muchos niños y jóvenes. El 20% de los adolescentes puede experimentar algún problema de salud mental y el 50% de los problemas de salud mental se establecen a los 14 años, y el 75% a los 24 años. La educación y la escuela pueden utilizarse como herramientas para ayudar a mejorar la salud mental de los estudiantes. Con la ayuda de los profesores, los niños y jóvenes pueden acceder al apoyo adecuado.
Los docentes han expresado que su temor a involucrarse más en programas de educación sobre salud mental se debe a la falta de capacitación, experiencia, limitaciones de tiempo y a que es potencialmente “emocionalmente agotador”. Muchos han pedido apoyo adicional, como formación, consejeros escolares, tiempo, financiación y un enfoque coordinado para abordar la mala salud mental entre niños y jóvenes..
Los docentes demuestran ser un primer paso impactante para ayudar a niños y jóvenes a mejorar su salud mental, especialmente fortaleciendo su confianza y autoestima, disminuyendo la depresión y actuando como un modelo a seguir. No obstante, los docentes necesitan más apoyo para garantizar que estos jóvenes accedan al apoyo adecuado y adecuado.
Los profesores desempeñan un papel crucial en el apoyo a la salud mental de los jóvenes y queremos agradecer a los profesores de todas partes por su constante aliento y apoyo a las próximas generaciones.